sábado, 5 de noviembre de 2011

La entrevista de trabajo

Recuerdo como si fuera ayer la primera entrevista de trabajo a la que acudí. Gracias a una amiga descubrí que la Generalitat Valenciana ofrecía unas becas formativas para trabajar en el Gabinete de Prensa de la Generalitat, una oportunidad para formarte y adentrarte en el mundo laboral de los gabinetes de prensa institucionales. Sin pensármelo dos veces presenté toda la documentación solicitada y esperé pacientemente a que me llamaran para la entrevista personal. Por desgracia no entré dentro del personal seleccionado para los diez puestos que ofrecían.

Cual fue mi sorpresa, cuando a los tres meses, un viernes, recibí una llamada de teléfono de Presidencia de la Generalitat que me emplazaba el lunes siguiente a presentarme en la Conselleria de Presidencia para una entrevista de trabajo de aquella beca que había solicitado y de la que ahora existía una vacante. Sin pensármelo dos veces accedí. Claro está que pasé todo el fin de semana pensando en qué ropa iba a llevar: falda, vaquero, pantalón, vestido, camiseta, camisa… Visto que iba a personarme en la Conselleria de Presidencia, cosa en que un principio me intimidaba un poco, decidí vestir un pantalón corte “chino” y una camisa blanca que fuera cómoda pero con un cierto aspecto de seriedad.

Asimismo, dediqué esos dos días a repasar mi currículum vital, a recapitular artículos que demostraban la experiencia que aportaba y, ha ponerme al día en actualidad política valenciana.

Lo cierto es que lo llevaba todo más o menos previsto. Todo menos una cosa. Viviendo en Alicante decidí salir en coche con mucho tiempo de margen puesto que nunca sabes lo que te puedes encontrar en la carretera. A la altura de Villena un accidente de tráfico hizo que llegara a Valencia con 10 minutos de margen. Gracias a que he pasado mis cinco años de estudiante en la ciudad, conozco la capital del Turia casi mejor que mi ciudad natal y esto hizo que aparcara y fuera corriendo al lugar de la entrevista. Llegué justo cuando me nombraban.

Este hecho hizo que al entrar las dos personas que estaban realizando la entrevista me preguntaran que de dónde venía con tantas prisas. Cuando les expliqué lo que me había pasado una de ellas me preguntó que si era de Alicante, al decirle que sí y que no tenía ningún inconveniente en vivir en Valencia porque conocía la ciudad, sonrió y a partir de ese momento todo fue bastante bien.

La verdad es que me sometieron a un test de actualidad bastante exhaustivo. En cuanto a las preguntas de política valenciana, no tuvo problema pero, cuando pasaron al cuestionario de directores y redactores de los medios de comunicación más relevantes de la Comunidad Valenciana, en Alicante lo tuve fácil pero en Castellón y Valencia no tenía conocimiento.

Este hecho hizo que saliera de la entrevista con cierto desconcierto. Por un lado, estaba contenta porque al menos a una de las entrevistadoras la había notado receptiva y, además la actualidad política la llevaba bien pero sabía que había fallado en las preguntas de actualidad mediática y eso me hacía dudar.

A la semana recibí una llamada de teléfono diciéndome que había sido seleccionada, así que establecí mi lugar de residencia, otra vez, en Valencia.

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